marzo 6, 2021 / Autor: ASSEMBLE®
Las empresas están conformadas por profesionales y expertos en distintas áreas; cada uno de ellos tiene habilidades que al ser apoyadas pueden aportar a la organización grandes resultados. Es importante hacer esfuerzos en el desarrollo de talento de cada uno de nuestros colaboradores.
En algunas organizaciones, el desarrollo del talento se convierte en un mito incapaz de volverse algo real. ¿La razón? Existen una serie de barreras a las que se enfrentan los colaboradores al intentar desarrollarlo, lo que puede resultar desmotivante y limitante para su crecimiento profesional y el crecimiento de la organización misma.
A continuación, te presentaremos algunas de las barreras que suelen presentarse dentro de las organizaciones cuando se trata de desarrollo de talento:
Las organizaciones deben de contar con personas que guíen a sus equipos rumbo a una meta colectiva, basada en la motivación, apoyo y trabajo en equipo. Cuando los jefes dejan aun lado su labor de líder y se preocupan únicamente por la obtención de resultados a corto plazo, pueden convertirse en una barrera.
Parecería que trabajar en equipo es una habilidad sencilla, sin embargo, no lo es. Podemos encontrarnos con muchos colaboradores cuyo trabajo en equipo no figura en su día a día. Se deben implementar dinámicas que enseñen al colaborador a llevarlo a cabo ya que ayudará a su desarrollo individual, puede aprender de su entorno y desarrollar nuevas habilidades.
Cuando los colaboradores no tienen claro qué objetivos tienen, no saben de qué manera focalizar su talento. Definir los objetivos y asegurarnos de que nuestros colaboradores los conocen, ayudará a que sepan qué esfuerzos requieren realizar.
Parte del crecimiento profesional implica que conozcan sus fortalezas y áreas de oportunidad, para ello, se requiere de un control de objetivos que ayuden al colaborador a conocer su potencial; además de proporcionarle una retroalimentación constructiva y favorecedora.
Cada trabajador posee virtudes específicas. Es importante brindarle al proyecto los esfuerzos que requiere dependiendo de la fase en la que se encuentre y evaluar si el conocimiento y aptitudes asignadas son las adecuadas para poder llevarlo a cabo; en caso de una elección incorrecta, podemos arriesgarnos a que el potencial que tienen nuestros colaboradores no sea utilizado de manera correcta.
La falta de comunicación entre los jefes y los colaboradores puede ser una barrera que parece inquebrantable, sin embargo, se deben buscar alternativas que permitan la desaparición de las mismas. Los líderes y su equipo, deben mantenerse comunicados para determinar si se está avanzando en el proyecto, evaluar si se está realizando de manera correcta, detectar esfuerzos erróneos y asegurarse de que todos se encuentran en el mismo camino.
Cada uno de los colaboradores debe sentirse respaldado por su entorno. Si dentro de la organización siente desconfianza de externar sus opiniones, de realizar propuestas o tomar iniciativas; puede desmotivarse al punto de negarse completamente a ser participativo.
Este punto habla más sobre las barreras que se pone el propio colaborador. Adaptarse a un mercado altamente competitivo puede parecer un reto que muchos colaboradores no están dispuestos a aceptar; cuando se siente rechazo al cambio y a la transformación para lograr los objetivos, no podemos evolucionar, lo que puede representar un retroceso significativo en la organización.
Por otra parte, negarnos a ser autocráticos no permite que identifiquemos cuáles son nuestras áreas de mejora. Se tiene que aceptar que errar es parte de crecer; reconocer nuestros errores nos permitirá poder evolucionar en lo que hacemos. En ocasiones, evadir los tropiezos nos convierte en nuestra propia barrera.
¿Existen dentro de tu organización alguna de estas limitantes? Te invitamos a evaluarlo y en caso de ser necesario, accionar de manera oportuna. Siempre en busca de mejores resultados.
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